domingo, 1 de noviembre de 2009

EL CANGURO SALVADOR

Canguro se sentía muy infeliz, pues se veía obligado a vivir apartado de sus demás congéneres. ¿Cuál era la causa? Su aspecto, un poco raro, pero nada más, aparte de esa forma tan peculiar de andar a saltitos. Los animales del bosque, muy creídos de su propia belleza, ignoraban su presencia negándole el saludo.¡Cuánto sufría el pobre animal!
Una tarde de verano se declaró un gran incendio en el bosque. Mientras algunas especies de animales estaban incapacitadas para desarrollar grandes velocidades, Canguro, a base de dar enormes saltos, logró distanciarse de las llamas. Tenía la salvación al alcance de sus patas. En esto, reparó en la presencia de varios topos y tortugas, quienes, cegados por el brillo del fuego o incapacidades de correr con rapidez, estaban a punto de ser devorados por las doradas lenguas de fuego, que ya se alzaban sobre ellos. Canguro, sin dudarlo un instante, se tumbó en el suelo y permitió que todos estos animalillos se instalasen en su bolsa. Ya casi le rozaba el fuego, cuando se puso en marcha, a la máxima velocidad posible. Esta no podía ser elevada, debido al gran peso que llevaba consigo, pero finalmente, logró ponerse a salvo , junto con los animales que transportaba en su bolsa.
Desde ese día, todos los habitantes del bosque reconocieron el valor y la abnegación de canguro, quien, sin necesidad, había corrido un grave peligro por salvar a los mismos animales que antes se habían reído de él y le habían despreciado. Canguro llegó a ser muy querido y admirado por sus vecinos. Las buenas cualidades terminaban siempre por ser reconocidas, queridos lectores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario