domingo, 1 de noviembre de 2009

EL CUENTO DEL CONEJITO TAWOTS

Este es el cuento que le contó una vez una mujer piel-roja a un muchachito blanco que vivía con sus padres cerca de las reservas indias. Tawots, quiere decir conejito en la lengua de los indios. Hace mucho tiempo, mucho tiempo, Tawots no era pequeño; al contrario, era muy grande Era el más grande de los animales de cuatro patas, y un estupendo cazador. Tenía la costumbre de salir a caza todos los días al alba, en cuanto se veía bastante para guiarse. Cada mañana encontraba el rastro de un enorme pie, en el sendero. Esto le humillaba, ya que su orgullo era tan grande como su cuerpo.
-¿Quién sale a cazar antes que yo y da unos pasos tan grandes? –gritó-. ¿Acaso quiere avergonzarme?
-¡Cállate! –dijo su madre-, no hay nadie en el mundo más grande que tú.
-No; pero hay enormes huellas en el sendero dijo Tawots.
A la mañana siguiente se levantó más temprano, pero de nuevo vio las enormes huellas.
-Bueno –dijo Tawots- voy a construir una trampa para capturar a ese desvergonzado animal.
Y como era muy astuto hizo una trampa con la cuerda de su arco y la puso en el camino .
Cuando fue a ver su trampa, a la mañana siguiente. ¡Cataplum! ¡Había capturado al sol! Toda la tierra de alrededor empezaba a humear. ¡Tan fuerte era el calor!
-¡Has sido tú quien ha dejado esas huellas en mi sendero! – gritó Tawots.
-Sí, he sido yo –dijo el sol-, pero ahora date prisa en soltarme si no quieres que arda toda la tierra.
Tawots comprendió lo que debía hacer; sacó su cuchillo y corrió a cortar la cuerda, pero el calor era tan grande que saltó hacia atrás antes de haberlo hecho y cuando quiso volver ¡quedó reducido por el calor a la mitad de su tamaño!
Entonces, la tierra empezó a arder, y el humo subía retorciéndose hasta el cielo.
-¡Tawots corrió de nuevo a cortar la cuerda. Pero el calor era tan fuerte que saltó hacia atrás antes de llegar, y quedó reducido por el calor a una cuarta parte de su tamaño.
-¡Vuelve Tawots, de prisa! – gritó el sol- ¡O arderá toda la tierra!
Y Tawots, volvió nuevamente. Esta vez logró cortar la cuerda y el sol pudo subir al cielo. ¡ Pero el pobre Tawots había quedado reducido al tamaño que tiene ahora!

Solamente, cuando corre por un camino, podrás darte cuenta por la enormidad de sus saltos de lo grande que era, antes de haber capturado al sol en su trampa.
Y es lo único que le queda de su antigua grandeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario