domingo, 1 de noviembre de 2009

LA JOROBA DEL CAMELLO

Cuando el mundo era nuevo había muchas cosas que hacer, y todos los animales tenían que trabajar mucho. El camello vivía en el desierto de Howling porque no quería trabajar. Comía ramas, espinos y algodoncillos. Nunca trabajaba ni hablaba. Si alguien le dirigía la palabra lo único que decía era “¡Bah!”.

Un día pasó por el desierto el caballo con una silla en el lomo y un bocado en el hocico. Al ver al camello le dijo: “ Camello, ven con nosotros a trabajar. Hay muchas cosas que hacer”.

El camello miró al caballo y dijo: “Bah”. Entonces el caballo se marchó y le dijo al hombre que el camello no quería trabajar y que sólo decía “¡Bah!”.

Poco después llegó al desierto el perro con un palo en la boca. Miró al camello y le dijo: “Camello, ven con nosotros a trabajar. Hay muchas cosas que hacer”.

El camello miró al perro y dijo: “¡Bah!”.

El perro fue a decir al hombre que el camello no quería trabajar y que sólo decía “¡Bah!”.

Más tarde pasó por el desierto el buey con un yugo en el cuello. Al ver al camello le dijo: “Camello, ven a arar y a trabajar con nosotros. Hay muchas cosas que hacer”.

“¡Bah!”, dijo el camello.

El buey que a decir a hombre que el camello no quería trabajar y que sólo decía “¡Bah!”

Al final del día el hombre llamó la caballo, al perro y al buey y les dijo: “El mundo es nuevo y hay muchas cosas que hacer. Como el camello no quiere trabajar, vosotros tres tendréis que trabajar el doble par a compensarlo”

El caballo, el perro y el buey se enfadaron mucho y decidieron reunirse a la orilla del desierto para hablar de su problema. El camello pasó por donde estaban reunidos, dijo “¡Bah!” y se marchó.

Entonces llegó el genio de todos los desiertos en medio de una nube de polvo y se detuvo donde estaban reunido el caballo, el perro y el buey.

“Genio de todos los desiertos, ¿es justo que alguien no trabaje cuando el mundo es tan nuevo y hay tantas cosas que hacer?”, le preguntaron.

“Desde luego que no”, dijo el genio. “¿Quién se niega a trabajar?”

El caballo dijo: “ En medio del desierto de Howling hay un animal con el cuello y las patas muy largas que no trabaja nunca. Solo dice “¡Bah!”.

“Ése debe ser el camello”, dijo el genio.

“No quiere cargar nada”, dijo el perro.

“No quiere arar”, dijo el buey.

“¿Hace algo?”, preguntó el genio.

“Sólo dice”¡Bah!”, dijeron los tres.

El genio se elevó dando vueltas en el aire y se fue volando por el desierto. Cuando encontró al camello mirándose en un charco de agua le preguntó: “¿Es verdad que no quieres trabajar cuando el mundo es tan nuevo y hay tantas cosas que hacer?”

“¡Bah!”, dijo el camello sin dejar de mirarse en el charco.

“como tú te niegas a trabajar, el caballo, el perro y el buey tienen que trabajar el doble. Tienen que hacer todo el trabajo”, dijo el genio.

“¡Bah!”, dijo el camello.

“No deberías repetir esa palabra. Si la dices una vez más podrías arrepentirte”, dijo el genio.

El camello dijo: “¡Bah!”.

De repente el lomo del camello comenzó a hincharse y a hincharse hasta que se le formó una gran joroba.

“Esa joroba que tienes en el lomo te ha salido por no trabajar. Pero ahora vas a trabajar”, dijo el genio.

“¿Cómo?”, preguntó el camello.

“Has perdido tres días de trabajo, sí que ahora estarás tres días sin comer. Trabajarás sin parar durante tres días seguidos. Como puedes vivir de tu joroba, no comerás no beberás nada. Trabajarás mucho.”

El camello se unió al caballo, al perro y al buey y los ayudó a trabajar.

Desde entonces el camello tiene una joroba para poder trabajar tres días sin comer ni descansar. Y nunca ha vuelto a decir “¡Bah!”.

Cuando hay mucho trabajo todo el mundo tiene que ayudar

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